EUROPA
PRESS
11 septiembre
2019
La
'podobromhidrosis' o mal olor, entre las principales afecciones de los pies en
otoño
El Ilustre Colegio Oficial de Podólogos
de la Comunitat Valenciana (ICOPCV) ha advertido que la llamada
'podobromhidrosis' o mal olor de los pies es una de las principales afecciones
de estas extremidades en otoño, que puede venir causada, entre otros motivos,
por el contagio por hongos en verano, el uso de un calzado no transpirable, el
abuso del alcohol o el tabaquismo y que, además, puede ser síntoma de otras
patologías como alteraciones del sistema metabólico, de las glándulas
apocrinas, enfermedades renales o, incluso, hepáticas.
Según ha informado la entidad colegial en un comunicado, con
la llegada del otoño y de la paulatina bajada de las temperaturas, se vuelve al
uso de un calzado cerrado, un tipo de zapato que puede provocar mayor
sudoración del pie y la aparición de mal olor, que es una de las principales
afecciones de los pies en esta época del año.
"Cuando el sudor entra en contacto con la flora
bacteriana del pie, produce en su descomposición amonio y ácido graso que dan
como resultado el mal olor de los pies. El motivo más común es que estos pasen
muchas horas dentro de un calzado cerrado con la correspondiente secreción de
sudor", ha explicado Antonio Viana, podólogo y secretario del ICOPCV.
Según han indicado, esta causa suele ser "más
frecuente" en niños y adolescentes que en adultos debido a su "alta
actividad", al uso "abusivo" de zapatillas deportivas "poco
transpirables" y, a veces, por una higiene "más descuidada".
Junto a esto, también hay otros factores que pueden
propiciar un exceso de sudor y de mal olor en los pies como pueden ser el
contagio por hongos y el pie de atleta, muy comunes tras el verano.
Además, desde el ICOPCV se ha señalado que, debido a que el
sudor es una vía para la eliminación de toxinas del cuerpo, fumar y abusar de
bebidas alcohólicas "predispone" a la podobromhidrosis. También lo
hace el consumo de algunos alimentos como las especias, la cebolla o el ajo
porque al degradarse producen moléculas odoríferas, causantes del mal olor.
Además, desde el ICOPCV se ha advertido de que el mal olor
de los pies puede ser síntoma de otras patologías como alteraciones en el
funcionamiento de las glándulas apocrinas, enfermedades metabólicas, renales o
hepáticas, o determinados tratamientos farmacológicos como los antidepresivos.
"Los tratamientos para eliminar este problema variarán
en función de su origen. De esta forma, en algunos casos para que desaparezca
el mal olor de los pies es necesario tratar además de los miembros inferiores
estas patologías", ha detallado.
Otros tratamientos podrían ir desde la administración de
antibacterianos o antifúngicos, a la aplicación de tratamientos secantes en
polvo o aerosol, la eliminación de la dieta de algunos alimentos o dejar de
fumar. "En casos de sudoración extrema, se aplican tratamientos físicos
como la iontoforesis (introducción de iones de sustancias activas) o la
cirugía", ha explicado Viana.
Decálogo para
evitar el mal olor de los pies
Los podólogos han elaborado un decálogo para evitar el mal
olor como mantener una higiene óptima de los pies, lavarlos a diario y secarlos
bien, sobre todo entre los dedos; cambiar los calcetines todos los días (con
mayor frecuencia si los pies sudan mucho, como al practicar deporte); airear
los zapatos después de utilizarlos para evitar la proliferación de bacterias;
evitar el uso de zapatos demasiado apretados o que estén fabricados con
materiales sintéticos u optar por el cuero, el lienzo o la malla que permiten
que los pies respiren.
Asimismo, recomienda utilizar calcetines que repelan la
humedad como son la lana o el algodón; evitar los calcetines de nylon o las
medias; retirar, airear y lavar periódicamente las plantillas de los zapatos;
cambiarlas una vez al mes, como mínimo; usar aerosoles desinfectantes para el
interior de los zapatos para acabar con las bacterias que causan el mal olor;
evitar utilizar remedios caseros contra el mal olor que circulan en internet,
ya que además de no estar demostrada su eficacia podrían agravar la afección en
función de su origen y acudir a un podólogo para identificar el origen de la
patología y aplicar el tratamiento más adecuado.